Algo huele a podrido en Mordheim…
Tras presentar la semana pasada a la puritana “Azote de Herejes”, las calles de Mordheim se preparan para recibir a la feria ambulante del caos. Vacúnense aventureros, porque una nueva epidemia llega a Mordheim. La Cofradía de Estercoleros y sus joviales patatillas han llegado para quedarse con su piedra bruja, y dejar benditos tumores en su lugar. Estamos seguros de que van a dar mucho que hablar.
La corrupción no sólo se extiende sobre las calles de Mordheim, también bajo ellas. En las laberínticas alcantarillas de la ciudad en ruinas habitan toda clase de desposeídos, harapientos y mutantes, y El Señor del Estiércol los acoge gustoso en su perversa familia. De vez en cuando El Gremio de Estercoleros sale de su escondrijo para extender bendiciones de Nurgle por las calles y alrededores de la ciudad, y buscar entre la carroña y los cuerpos caídos ofrendas a su abyecto dios.
¿Quienes son “El gremio de estercoleros”?
El Señor del Estiércol: Se dice que en los días más oscuros, en los que la niebla cubre las escasas y yermas granjas cercanas a la ciudad maldita, se puede ver una oscura figura en un carro de estiércol tirado por pesados y humeantes bueyes atravesando los campos y sus caminos cercanos. A su paso las cosechas se pudren, la miasma se extiende y de la tierra salen extrañas y supurantes criaturas que se arrastran hasta las ruinas de la ciudad. Las tierras bendecidas por El Señor del Estiércol nunca vuelven a florecer, y en su lugar sólo queda lodo y podredumbre. Alabado sea Nurgle!
Follaperros: De entre la calaña de Mordheim, célebre es el siempre sonriente y sádico Follaperros, un mutante cuya nariz se dice, fue arrancada por un mastín de Reikland que no disfrutaba de su amor por los animales. No hay nada que le guste más a Follaperros que matar y beber el abyecto licor que destila en su escondrijo. Bueno, si. Hay un par de cosillas que le gustan aún más.
Estripacharcos: Estripacharcos no es muy listo, pero sabe que si no hubiera sido encontrado de bebé por El Señor del Estiércol, probablemente hubiera sido devorado en la oscuridad por alguna hambrienta criatura tras haber sido arrojado a las alcantarillas por las mismas hermanas de Sigmar que lo encontraron abandonado a las puertas de su convento. Estripacharcos no es muy espabilado, pero sabe que odia la cínica pureza de los rectos de espíritu. Estripacharcos no es hermoso, pero existe una perversa belleza en la forma en la que separa los miembros de los aventureros que tienen la desgracia de cruzarse en su camino.
Postulio y Eslizón: Cuando los hermanos Marcus y Wolfgang Friedrich llegaron a la maldita ciudad de Mordheim estaban llenos de esperanzas de riqueza y de un futuro mejor. Qué ilusos eran, no sabían que en lo que buscaban no se hallaba la auténtica felicidad. En cuanto las primeras supurantes pústulas aparecieron y la enfermedad comenzó a extenderse entre la banda de aventureros, los jóvenes reclutas fueron los primeros a los que sus compañeros de Marienburgo dieron la espalda. Abandonados y moribundos, los rebautizados Postulio y Eslizón fueron encontrados por La Cofradía, que a partir de entonces se convertirían en su nueva familia y les enseñarían a apreciar los regalos del Señor de la Descomposición.
¡Que empiece el show!
Si quieres ver la ficha de banda, puedes hacerlo en este enlace.